STO. TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología, I, q. 2, artículo
3 (trad. J. Martorell Capó, Madrid, B.A.C., 1994, pp. 110-113).
ARTICULO
3 “¿Existe o no existe
Dios?
Objeciones por las que parece que Dios no existe:
1. Si uno de los contrarios es
infinito, el otro queda totalmente anulado. Esto es lo que sucede con el
nombre Dios al darle el significado de bien absoluto. Pues si
existiese Dios, no existiría ningún mal. Pero el mal se da en el mundo. Por
lo tanto, Dios no existe.
2. Más aún. Lo que
encuentra su razón de ser en pocos principios, no se busca en muchos. Parece
que todo lo que existe en el mundo, y supuesto que Dios no existe, encuentra
su razón de ser en otros principios; pues lo que es natural encuentra su
principio en la naturaleza; lo que es intencionado lo encuentra en la razón y
voluntad humanas. Así, pues, no hay necesidad alguna de acudir a la
existencia de Dios.
En
cambio está lo que se dice en Éxodo 3,14 de la persona de Dios. Yo
existo.
Solución.
Hay que decir: La existencia de Dios puede ser probada de cinco
maneras distintas. 1) La primera y más clara es la que se deduce del
movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay
movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve
a no ser que, en cuanto potencia, esté orientado a aquello por lo que se
mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar
de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien
está en acto. Ejemplo: El fuego, en acto caliente, hace que la madera, en
potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo la mueve y cambia.
Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en
acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente
en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser
en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al
mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve, necesita ser
movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser
movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar
indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría
motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos
por el primer motor. Ejemplo: un bastón no mueve nada si no es movido por la
mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie
mueve. En éste, todos reconocen a Dios.
2) La
segunda es la que se deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que
en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no
encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues
sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es
posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay
orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo
es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si
en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría
tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos
hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en
consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es algo
absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente
primera. Todos la llaman Dios.
3) La
tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice:
Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, que pueden ser
producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no
existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan
siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un
tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la
posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto
es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza
a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es
imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y
esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad;
sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su
necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los
seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder
indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (núm. 2).
Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya
causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad
de los demás. Todos le dicen Dios.
4) La
cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas.
Pues nos encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores
se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y
este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más
o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima
más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy
noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente
verdaderas, son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como
quiera que en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que
pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de
todos los calores, como se explica en el mismo libro-, del mismo modo hay
algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de
cualquier otra perfección. Le llamamos Dios.
5) La quinta se deduce a
partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen
conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se
puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir
lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al
azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden
al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la
flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas
las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios.
Respuesta
a las objeciones: 1. A
la primera hay que decir: Escribe Agustín en el Enchiridio: Dios,
por ser el bien sumo, de ninguna manera permitiría que hubiera algún tipo de
mal en sus obras, a no ser que, por ser omnipotente y bueno, del mal sacara
un bien. Esto pertenece a la infinita bondad de Dios, que puede permitir
el mal para sacar de él un bien.
2. A la
segunda hay que decir: como la naturaleza obra por un
determinado fin a partir de la dirección de alguien superior, es necesario
que las obras de la naturaleza también se reduzcan a Dios como a su primera
causa. De la misma manera también, lo hecho a propósito es necesario
reducirlo a alguna causa superior que no sea la razón y voluntad humanas;
puesto que éstas son mudables y perfectibles. Es preciso que todo lo sometido
a cambio y posibilidad sea reducido a algún primer principio inmutable y
absolutamente necesario, tal como ha sido demostrado (sol.)”.
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1.Referencia textual
2. Cuestión
3.Objeciones
Objeción metafísica de los
contrarios.
Principio de simplicidad o
navaja de Ockham
4.Arg. Teológíco de la Revelación.
5. Vvías para la demostración de la existencia de
Dios
1ª Vía del MOVIMIENTO
2ª Vía de la CAUSALIDAD
3ª Vía de la CONTINGENCIA
4ª Vía de la PERFECCIÓN
5ª Vía del ORDEN
6. Respuesta a las objeciones
R1 El mal como ausencia de bien
R2 Conclusión
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jueves, 12 de octubre de 2017
TEXTO SUMA TEOLÓGICA ARTÍCULO 3
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