2.2.3. Describe las respuestas de la física de Demócrito, identificando
los problemas de la Filosofía Antigua y relacionándolas con las soluciones
aportadas por Aristóteles.
Demócrito nació en Abdera en el año
460 antes de Cristo. Se le atribuyen numerosos viajes, a Egipto y a la India,
entre otros, habiendo adquirido en el curso de ellos conocimientos de teología,
astrología, geometría, etcétera. También se le sitúa en Atenas escuchando las
lecciones de Sócrates o de Anaxágoras. Se dice también que fue discípulo de
Leucipo, a quien se atribuye la creación del atomismo, doctrina defendida por
Demócrito.
Al igual que Empédocles y Anaxágoras
la filosofía de Demócrito estará inspirada por la necesidad de conjugar la
permanencia del ser con la explicación del cambio, adoptando una solución
estructuralmente idéntica: lo que llamamos generación y corrupción no es más
que mezcla y separación de los elementos originarios, que poseen las
características de inmutabilidad y eternidad del ser parmenídeo. Estos
elementos originarios serán concebidos como entidades materiales, infinitamente
pequeñas y, por lo tanto, imperceptibles para los sentidos, y de carácter
estrictamente cuantitativo, a los que Demócrito llamará átomos (término griego
que significa "indivisibles") por su cualidad de ser partículas
indivisibles. Algunos filósofos antiguos creyeron que lo que es debe ser
necesariamente uno e inmóvil, ya que siendo el vacío no-ente no podría existir
el movimiento sin un vacío separado (de la materia) ni existir una pluralidad de
cosas sin algo que las separe. Estos átomos existen desde siempre en el vacío,
sometidos a un movimiento que les es consustancial. Por lo tanto, todo lo que
existe son los átomos y el vacío. La introducción de la existencia del vacío es
una novedad con respecto a Empédocles y Anaxágoras y que choca frontalmente con
la negación del vacío (no ser) que exigía Parménides. Ahora bien, sin la
existencia del vacío, dice Demócrito, resulta imposible explicar el movimiento,
por lo que necesariamente al existir el movimiento el vacío tiene que existir.
Los átomos se mueven en ese vacío en línea recta en un principio, pero, por
causas estrictamente mecánicas, algunos de ellos salen de su trayectoria y
chocan contra otros, a los que desvían, chocando el conjunto contra otros
átomos, provocando la agregación en conjuntos de átomos cada vez mayores, que
darán lugar a la constitución de los objetos tal como nosotros los conocemos. Aunque
los átomos no poseen diferencias cuantitativas sí poseen diferencias en cuanto
a su forma y configuración: la forma, el orden y la posición. Los átomos pueden
diferir entre ellos por su forma, del mismo modo que la A difiere de la N; o
pueden diferir por el orden que ocupan, no siendo lo mismo AN que NA; o por la
posición, de modo que, aun poseyendo la misma forma, la Z se diferencia de la N
(si giramos la Z noventa grados a la derecha tenemos la N).
Leucipo y su
compañero Demócrito sostuvieron que los elementos son "lo lleno" y lo
"vacío", a los cuales llamaron "ser" y " no ser",
respectivamente. El ser es lleno y sólido; el no-ser vacío y sutil. Como el
vacío existe no menos que el cuerpo, se sigue que el no-ser existe no menos que
el ser. Juntos los dos constituyen las causas materiales de las cosas
existentes. Demócrito no apela en su sistema a la existencia de ninguna causa
que no sea estrictamente material y mecánica, de modo que nos ofrece una
primera interpretación mecanicista del universo; existen, por lo demás,
innumerables mundos, sometidos a las mismas leyes de agregación y separación de
los átomos. Su pensamiento ejercerá una gran influencia en la antigüedad, a
través de la escuela de Epicuro, entre otros; pero sobre todo en el
Renacimiento, estando en la base de la constitución de la ciencia moderna.