L. WITTGENSTEIN.
Datos biográficos.
Ludwig
Wittgenstein nace en Viena en 1889. Realizó tres años de estudios secundarios
en Linz (Austria) y se trasladó a Berlín con la idea de hacerse ingeniero, como
su padre. En 1908 viaja a Manchester para ampliar estudios y realiza un trabajo
muy novedoso en aeronáutica que supuso una aportación al diseño de los motores
a reacción. Su afición por las matemáticas le llevó a leer y trabar relación
con el gran lógico alemán G. Frege, quien le aconsejó que se trasladara a la
Universidad de Cambridge para estudiar con B. Russell. De esta manera se hizo
discípulo y más tarde amigo del filósofo y matemático más importante del
momento en Inglaterra. Allí fue donde conoció a otro filósofo que influyó en su
pensamiento, G. E. Moore. Durante la Primera Guerra Mundial, al haber
sidodeclarado inútil por el ejército austriaco y dominado por laidea de no
alejarse del destino de sus compatriotas, se alistó como voluntario. Combatió
en el frente ruso, llegó aser oficial y fue enviado al frente Sur, donde
terminó la que fue su única obra publicada en vida, el Tractatus
logico-philosophicus. Al regresar de la guerra, repartió la herencia
paterna y abandonó la filosofía, pretendiendo ser consecuente conla última
frase de su Tractatus. Entre 1920 y 1926 se dedicó a ser maestro de
escuela en distintos pueblecitos cercanos a Viena y, finalmente, se retiró como
jardinero a un convento.En 1929 regresa de nuevo a Cambridge, donde obtiene el
grado de doctor. Pasa algunos años dando algunos cursos en esa universidad y
retirándose durante un año a una cabaña enNoruega, donde trabaja en la que será
su segunda obra más importante, Investigacionesfilosóficas, publicada tras
su muerte. Cuando se decidió a ocupar una cátedra en Cambridge estalla la
Segunda Guerra Mundial y vuelve a alistarse, esta vez como enfermero. Tras
laguerra y después de una breve aparición en la vida académica, en 1947
renuncia definitivamente a la cátedra y se instala en Irlanda, donde terminará
sus Investigacionesfilosóficas. Murió en
Cambridge en 1951, tras descubrírsele un cáncer para el que rechazó el tratamiento.
"Dígales que mi vida ha sido maravillosa", respondió al médico que le
comunicóque sólo le quedaban unos pocos días de vida.
Contexto histórico
El periodo histórico más propio de Wittgenstein se corresponde con el
denominado "periodo de entreguerras", esto es, los años intermedios
entre los dos grandes conflictos mundiales. Tras la primera Guerra Mundial,
Europa se transforma al perder la hegemonía política y económica y entra en una
crisis que se manifiesta en diferentes ámbitos:
Crisis política. Afecta sobre todo a las democracias liberales. El ejemplo de la
revolución rusa (1917) estimula intentos revolucionarios en otros lugares, como
Alemania (levantamiento espartaquista) o el intento de proclamar una república
soviética en Hungría (que sólo duró 133 días). El miedo de las clases dirigentes
burguesas y la falta de entendimiento entre los partidos de izquierda
(socialistas, socialdemócratas y comunistas, agrupados éstos últimos en la
Internacional comunista) facilitan la reacción conservadora y nacionalista, así
como el ascenso de los autoritarismos, dictaduras y fascismos.
-Crisis económica. Se produce una nueva revolución industrial, gracias al descubrimiento
de nuevas fuentes de energía: electricidad, motor de combustión interna, etc.
Pero también se produce una enorme depresión (1929). La antigua economía
liberal ya no sirve y es preciso buscar nuevas fórmulas. Pero en contra de los
pronósticos socialistas y marxistas, el sistema capitalista no se derrumba.
- Crisis social. La guerra ha enriquecido a muchos, pero ha empobrecido a muchos más por
la inflación y el paro. Por primera vez en la historia aparece un nuevo grupo
social: los excombatientes. Por otra parte, en el mundo occidental escasean las
viviendas, el trabajo y las posibilidades de vivir dignamente. Todo parece
estar dispuesto para que se produzca una rebelión masiva de la población.
- Crisis cultural. Parece que las previsiones de Nietzsche se cumplen: el nihilismo, la
sensación de vacío, de desorientación, de absurdo, se extiende. Por otra parte,
de forma complementaria, parecen realizarse también las tesis de Freud acerca
de El malestar en la cultura. La lectura de las obras de Freud apasiona a las gentes cultas de los
años 20. Es una época de búsquedas, de deseos de abrir nuevos caminos, de
explorar el sentido trágico de la existencia, pero también de hedonismo y goce
de la vida.
- Avances en ciencia. La ciencia y la técnica hacen progresos continuos: mecánica cuántica
y ondulatoria, radiactividad, teoría genética, fisión nuclear, descubrimientos
en medicina y farmacología, etc. El avión revoluciona el transporte y surge un
nuevo medio de comunicación de masas: la radio.
La filosofía en la época de Wittgenstein.
Se le considera el principal responsable del denominado "giro
lingüístico" de la filosofía. Es decir, el autor que logró llamar la
atención sobre la importancia filosófica del lenguaje, llegando a constituirlo
en objeto de estudio autónomo y preferente de la filosofía. El éxito del Tractatus fue indudable y muy rápido, de tal modo que los creadores del Círculo
de Viena, M. Schlick y F.Waismann llegaron a visitarlo y tomaron esta obra como
una especie de guía y confirmación de sus propias perspectivas filosóficas. En
realidad se puede afirmar que toda la producción filosófica del Círculo de
Viena está orientada y potenciada por la concepción del lenguaje, del mundo, de
la ciencia y de la filosofía que Wittgenstein expresó en el Tractatus. Esta obra significó, pues, el desarrollo del empirismo lógico,
también llamado neopositivismo. Aunque los
empiristas lógicos del Círculo de Viena intentaron ofrecer una visión
general de la ciencia, tal vez su tesis más conocida es la que sostiene que un
enunciado tiene significado sólo si posee un método de verificación empírica o
es analítico. Sólo los enunciados de la ciencia empírica cumplen con el primer
requisito (ser verificables), y sólo los enunciados de la lógica y las
matemáticas cumplen con el segundo requisito (ser analíticos). Los enunciados
típicamente filosóficos no cumplen con ninguno de los dos requisitos, así que
la filosofía, como tal, debe pasar de ser un saber a quedar reducida a un método
de análisis lógico de los enunciados de la ciencia. Esto es lo que Wittgenstein
entendía como "función terapéutica" de la filosofía: su misión de analizar
los enunciados filosóficos para descubrir qué es lo que funciona mal en ellos, mostrando
así que lo que los filósofos han creído que eran problemas filosóficos son, en
realidad, problemas lingüísticos.
Se ha convertido en clásica la contraposición entre el Tractatus, publicado en 1922 y las Investigaciones
filosóficas, publicadas póstumamente en 1953.Aunque no todos
los críticos lo aceptan, lo cierto es que en la segunda obra mencionada,
Wittgenstein realiza una crítica demoledora a algunos de los presupuestos principales
de la primera. Así se ha consolidado la costumbre de hablar de "dos
Wittgenstein"(WI y WII, según el propio Russell). Aunque existe un
denominador común a ambos, esto es, el interés por el lenguaje y el empleo del
análisis, también se advierte una notable ruptura. Dehecho, el WII dará lugar
al desarrollo de toda una corriente filosófica que (a diferencia del WI, con el
Círculo de Viena), se consolidará durante mucho tiempo, llegando hasta nuestros
días.Tal corriente es conocida en la actualidad como “Filosofía Analítica del
Lenguaje”.
Sobre el TractatusLogico-Philosophicus.
3.1.-Introducción
El TractatusLogico-Philosophicuses el título de una de las dos obras más importantes de Ludwig
Wittgenstein. La escribió a partir de una serie de anotaciones que realizaba en
un cuaderno mientras participaba como soldado en la I Guerra Mundial,
especialmente entre los años 1914-1916. El Tractatus
se publicó originalmente en alemán en 1921 y un
año más tarde se editó en inglés, con la traducción supervisada por el propio
Wittgenstein. Se trata de una obra breve que por su profundidad y complejidad
ha dado lugar a multitud de interpretaciones y controversias. Aunque el tema
central tiene que ver preferentemente con el significado del lenguaje, en el Tractatus podemos encontrar también una comprensión ontológica del mundo, una
teoría de la ciencia, una serie de derivaciones de tipo ético y religioso, así
como el esbozo de una interpretación del sentido de la vida. Por todas estas
razones no es exagerado afirmar que se trata de uno de los textos filosóficos
centrales en la contemporaneidad, que ha marcado varias trayectorias en la filosofía
del siglo XX y hasta la actualidad.
3.2.-Estructura.
El libro entero se puede considerar como una colección de aforismos o
sentencias breves, secuenciadas decimalmente, donde no se encuentran
argumentaciones, demostraciones y muy pocos ejemplos. Cada uno de estos
aforismos recibe el nombre de “proposición”. El Tractatus se compone de siete secciones, encabezadas por siete proposiciones
principales, cada una de
las cuales viene seguida de una serie de anotaciones, aclaratorias o
de ampliación, que se ordenan en forma de árbol lógico. La proximidad de cada
aforismo con el principal indica la importancia de aquél para comprender éste.
3.3.-Propósito de la obra.
Si hacemos caso a lo que dice Russell en su “Introducción” al Tractatus, la investigación que hace Wittgenstein sobre el significado
lingüístico consiste en averiguar que tiene que suceder para que una secuencia
lingüística (una afirmación o negación, una proposición, una frase) sea capaz
de representar (significar) algo que ocurre en el mundo (un hecho). Esto es lo
que Wittgenstein entiende como “significado”. Una proposición tendrá
significado cuando represente correctamente un hecho. El estudio de la lógica
tiene la finalidad de clarificar precisamente, qué queremos decir cuando
afirmamos que una proposición “significa” un hecho. Es decir, estudia en qué
condiciones se produce un simbolismo perfecto. La lógica se nos presenta, así,
como el lenguaje ideal, porque cumple con el requisito de un lenguaje perfecto:
sólo hay un nombre para cada elemento y un nombre
nunca significa dos elementos distintos. Sólo cuando se cumplen estos criterios
se puede decir que el lenguaje es una “pintura” o una “figura” del mundo, de
los hechos, y tiene, por consiguiente, significado”. Wittgenstein está intentando
trazar un límite entre lo que se puede expresar con significado y lo que no puede
expresarse significativamente. Así lo dice en el prólogo al Tractatus:
“Este libro quiere, pues, trazar unos límites al pensamiento, o mejor,
no al
pensamiento, sino a la expresión de los pensamientos; porque para
trazar un límite al pensamiento tendríamos que ser capaces de pensar ambos
lados de este límite, y tendríamos por consiguiente que ser capaces de pensar
lo que no se puede pensar. Este límite, por tanto, sólo puede ser trazado en el
lenguaje y todo cuanto quede al otro lado del límite será simplemente un
sinsentido”.
Lo que se concluye de aquí es que cuando se intenta decir lo
indecible, el lenguaje se convierte en un simbolismo sin significado. En tales
casos es necesario callar. Así es como concluye el Tractatus: “De lo que no se puede hablar, hay que guardar silencio