CONTEXTUALIZACIÓN
1. El crepúsculo
de los ídolos.
La obra de Nietzsche El
crepúsculo de los ídolos data de 1888. Fue subtitulada por el propio autor:
Cómo se filosofa a golpes de martillo.
El título del libro supone una parodia de la ópera de Wagner El ocaso de los dioses. Esta obra de
Nietzsche es un resumen de su pensamiento, una introducción a su filosofía. El
objetivo del autor es hacerle preguntas a los valores e ideales de la cultura
occidental, para que estos al responder lo hagan con el sonido hueco propio de
su condición de ídolos. Es este, un
filosofar a martillazos que se resuelve en uno de los mensajes favoritos de
Nietzsche: “¡ Haceos duros!”. Por
último, no deja de ser curioso como Nietzsche se apropia del discurso de los
profetas del Antiguo Testamento -los cuales denunciaban la idolatría porque
distinguían precisamente entre Dios e ídolo, es decir, entre el Dios verdadero
y los falsos dioses fabricados por el hombre-, extendiendo la noción de ídolo a
Dios mismo.
Tras la publicación de Mas allá del bien y del mal , en 1886, Nietzsche tomó
la decisión de no imprimir ninguna cosa más durante una serie de años. Abrigaba
la idea de dedicarse a elaborar una exposición detallada de su filosofía, que
debía llamarse la Voluntad de Poder.
A Nietzsche le quedaba por aquel entonces poco más de un año de vida lúcida.
Sin embargo, Nietzsche dejó impresas durante este año nada menos que seis
obras, una de las cuales es a la que pertenece el texto objeto de comentario.
En la carta en la que anuncia esta obra a su editor, fechada el 7 de Septiembre
de 1888, el autor opina de este escrito que es “el más limpio de todos mis
manuscritos que yo le haya enviado nunca”. El título inicial debía ser Ociosidad
de un psicólogo, pero tras recibir una carta de su amigo Peter Gast en la
que le sugería un cambio de título, el filósofo decidió el título actual.
En Ecce homo , obra
autobiográfica de Nietzsche, el autor dice a propósito del Crepúsculo de los
ídolos: “Lo que en el título se
denomina ídolo es sencillamente lo que hasta ahora fue llamado verdad.
Crepúsculo de los ídolos, dicho claramente: la vieja verdad se acerca a su
final. No existe ninguna realidad, ninguna idealidad que no sea tocada en este
escrito...no sólo los ídolos eternos, también los más recientes...
2. El Crepúsculo de los ídolos en el
contexto de la obra de Nietzsche.
Este libro pertenece a la última
etapa del pensamiento de Nietzsche. Tres fases pueden distinguirse en el
desarrollo de su filosofía:
a. Un período de juventud, o periodo
romántico, en el que estudia la cultura griega, se deja influir por Wagner y por Schopenhauer: El
origen de la tragedia en el espíritu de la música.
b. Un período de transición, o
período positivista, en el que se apoya en las ciencias experimentales para
renegar de los valores románticos en los que había creído hasta ese
momento. (Gaya ciencia)
c. Un período de madurez, en el que
combina la formulación positiva de los grandes temas de su filosofía con la
crítica feroz de la tradición cultural de occidente. (Crepúsculo de los
ídolos)
3. La obra de Nietzsche en el contexto de la historia de
la filosofía
El pensamiento de Nietzsche
significa tres cosas:
a. Una crítica radical de la
tradición cultural de occidente, tanto de sus antiguos como de sus nuevos
valores e ideales: filosóficos, religiosos, éticos, políticos. También de la
falta de ideales y valores (nihilismo), lo cual genera pasividad, indiferencia,
aburrimiento, incredulidad...
b. A pesar del tono polémico e irreverente, la
mencionada crítica no es periodística, es decir, esta crítica presupone en todo
momento una formación disciplinada en
esa tradición, un conocimiento de ella desde dentro, e incluso un gran respeto,
una devoción y hasta una verdadera veneración por la cultura criticada. En este
sentido, cabe recordar al joven Nietzsche en su triple papel de filólogo
clásico, de entusiasta amigo de Wagner y de discípulo devoto de Schopenhauer.
c. El pensamiento de Nietzsche supone una alternativa a
la tradición criticada, se presenta como un irracionalismo vitalista, una
filosofía de la vida que sirva de fundamento a lo que han de ser lo verdaderos
valores e ideales del hombre, que sirva de base a toda una futura y nueva cultura.
Esta filosofía de la vida se resume en un sí a la vida, afirmación que se
desarrolla a través de sus doctrinas. Cabría hacer una enumeración de los temas
más relevantes que abarca la filosofía de Nietzsche. Y entonces podríamos
apuntar:
-El eterno retorno de lo Mismo, Dionisos, el superhombre,
la transmutación de los valores, el nihilismo, la razón.
4. La obra de Nietzsche en el contexto socio-histórico
de su época.
La obra de Nietzsche puede ser
entendida como resultado de su época y como intento de superación de la misma.
Por un lado, el siglo XIX está dominado por tres grandes movimientos
culturales:
a. El liberalismo, el socialismo y
el anarquismo, teorías políticas que propugnan, cada una a su manera, un
progreso social y unos valores liberales y democrático-igualitarios con los
cuales no puede estar de acuerdo Nietzsche.
b. El romanticismo, concepción
irracionalista del mundo que combina el culto a los valores estéticos
-literiarios y artísticos- con un cierto pesimismo vital.
c. El positivismo o filosofía que
valora la ciencia y el progreso científico.
Por otro lado, ya en el siglo XIX
comienzan a aparecer los primeros síntomas de nihilismo, que Nietzsche describe
con precisión. Pues bien, contra el naciente nihilismo manifiesto que le
rodeaba, se dirige su filosofía. Porque Nietzsche no sólo diagnosticó el
nihilismo de su tiempo, sino que pronosticó o profetizó, con extraordinaria
lucidez, el nihilismo de nuestros días.
Información adicional que
puede ser utilizada. Periodos de la obra de Nietzsche.
I. Período romántico: Nietzsche se
inspira en los presocráticos (Heráclito), Schopenhauer y Wagner. Los símbolos
interpretativos son: El artista, Dionisos y Apolo.
Schopenhauer y Wagner: Etica de la renuncia y esteticismo
irracionalista del sentimiento. El Joven Nietzsche.
Tras
la pérdida de la fe, la filosofía de Schopenhauer se convierte en el
sustitutivo de la religión. Pero, ¿Qué dice Schopenhauer que tanto interesa a
Nietzsche? El mundo es mi representación, no es más que un fenómeno, no es cosa
en sí. Y también, el mundo es mi voluntad. Voluntad significa aquí movimiento,
devenir, fuerza que mueve todo, sin rumbo ni meta, sin finalidad. He ahí el
fundamento de todo lo existente desplazando a la razón, al logos, a la idea, al
sujeto transcendental…La esencia del mundo es esta fuerza originaria que en el
proceso de autodesarrollo se divide en infinitas voluntades que por doquier
andan en incesante lucha. Schopenhauer describe al hombre como el más indigente
de todos los seres, a la existencia humana como la experiencia dolorosa de la
propia vida, una vida que ya desde el principio es muerte. Detrás de las cosas
no hay un dios que explica el mundo, sino un impulso primario de vida, sin fundamento
ni meta, y cuya característica fundamental es el sufrimiento, el dolor. ¿Cómo
es posible la liberación del dolor? Mediante la autoliberación del propio
hombre a través del arte, de una ética de la renuncia, de negación de la
voluntad individual y afirmación de la voluntad total. Renuncia a la
individualidad y propósito de fundirse con el todo en el sumo placer de la
muerte.
Wagner
es para Nietzsche en música lo que Schopenhauer en filosofía. El joven
Nietzsche intenta una fusión de ambos: unir la metafísica de la voluntad del
filósofo con la teoría del arte del músico. De esta unión nace El nacimiento
de la tragedia en el espíritu de la música (1871).
En esta obra, Nietzsche sostiene la idea de que el mundo griego
no se caracteriza por una ingenua y sosegada grandeza, sino por una profunda
disensión entre dos fuerzas vitales: Lo apolineo y lo dionisíaco; el principio
de la medida y del orden (el mundo como representación) y el principio de la
impetuosidad, del delirio, de la fuerza creativa (el mundo como voluntad). De
esta pugna surge, a juicio de Nietzsche, la máxima creación de los griegos: la
tragedia. Pero, lo dionisíaco es sofocado por el espíritu intelectualista y la
ilustración socrática. Después vendrán los filósofos con sangre de teólogos y
apuntillarán a Dionisos. Éste no resucita hasta el romanticismo con la
filosofía de Schopenhauer y la música de Wagner.
De
este período es también la obra Consideraciones intempestivas
(1878-1882)
II.
Período positivista. Nietzsche se inspira en Voltaire
y los ilustrados franceses. Desde una posición positivista critica la
metafísica, la religión y el arte. El símbolo interpretativo es el hombre
libre. Nietsche denuncia la decadencia de su época y donde otros ven el
ideal, él ve algo Humano, demasiado humano (1878). Comienza a
desarrollar la sospecha de que los productos culturales son un efecto de
superficie de fuerzas encubiertas: Aurora (1881) y la Gaya Ciencia
(1882). En esta última aparece ya constatado el nihilismo europeo: “Dios ha
muerto”. La muerte de dios no es una constación psicológica, sino más bien un
hecho básico para la interpretación del mundo y del hobre. Nietzsche proclama
la muerte de dios para tomar conciencia de ella y cambiar así la situación.
III.
El mensaje de Zaratustra. Los símbolos interpretativos:
Zaratustra, el superhombre y la muerte de Dios. . Zaratustra ha sido, a
juicio de Nietzsche, el primero en predicar el dualismo entre el bien y el mal;
por eso debe ser el primero en superarlo. Lo que era imposible para el hombre,
no lo es para el superhombre: sobreponerse a la muerte de dios. Así habló
Zaratustra (1884)
IV.
Período crítico. Filosofía de la cultura. Los símbolos
interpretativos son el nihilismo y el martillo. Mas allá del bien y del mal (1886)
quiere ser ante todo una crítica de la modernidad. El propósito de Nietzsche es
claro: socavar todos los fundamentos en que el saber humano se ha basado hasta
ahora demostrando que son prejuicios de la fe o prejuicios de los filósofos.
Más allá del bien y del mal quiere decir más allá de lo verdadero y de lo
falso. El problema gnoseológico se presenta como el reverso del problema moral.
Este tema continúa siendo el núcleo de la Genealogía de la moral (1887).
El Crepúsculo de los ídolos (1889) es una declaración de guerra a los
ídolos eternos (Dios, Verdad…), los cuales se han erigido contra los instintos
de la vida y representan una condena de tales instintos.
Otras obras de este
período: El anticristo (1888).