domingo, 26 de febrero de 2012

Nietzsche esquema de sus ideas fundamentales

FIEDRICH NIETZSCHE: Esquema de sus ideas fundamentales.

1. La cultura europea está viciada desde su origen: su gran error no ha sido otro que instaurar la racionalidad a toda costa. El error dogmático se encuentra en la cultura griega y consistió en la invención del estaticismo del ser. Este dogmatismo es síntoma de decadencia. Es decadente todo lo que se opone a los valores del existir creador del hombre. Filosofía, religión y moral son síntomas de decadencia. El error fundamental surge con Socrates y se concreta en Platón: instauración de un mundo perfecto donde mora el ser estático e inmutalble. El ser tal y como lo ha planteado el platonismo y posteriormente el cristianismo es lo más vacío, la pura nada. La categoría ontológica “ser verdadero” no es una propiedad de la realidad sino una mera valoración subjetiva como condición necesaria para la supervivencia del hombre.

2. El error en la moral tradicional reside en su anti-naturalidad: ella impone leyes y normas contra todos los instintos primordiales de la vida. El ideal de esta moral es el hombre bueno: modesto, bienintencionado, moderado…esto es, el esclavo ideal. Esta moral erige en valor supremo algo que no se halla en este mundo. El cristianismo fomenta los valores mezquinos: obediencia, sacrificio, humildad…sentimientos propios del rebaño. La religión degrada al hombre, lo convierte en pura ficción frente a Dios. La religión aliena al hombre: los estados sublimes le son ajenos. El Dios cristiano es contradictorio con respecto a la vida.

3. La cultura occidental procede del resentimiento hacia este mundo, ha inventado otro mundo de carácter verdadero, perfecto, racional y divino. El filósofo ha inventado un mundo racional donde opera la razón, el religioso un mundo divino, el moralista un mundo de bondad y santidad. La cultura occidental está enferma. Su síntoma es la decadencia, es decir, la negación del mundo por la filosofía que inventa un mundo racional y lógico, la moral que inventa un mundo libre, la religión que inventa un trasmundo. La terapia consiste en una inversión-transmutación de todos los valores mediante una filosofía de carácter irracionalista, una moral natural e instintiva y un ateísmo no humanista.

Nietzsche little by little 3 Forma y contenido: la concepción fragmentaria del mundo.

Estos textos constituyen una forma bastante representativa del modo de escribir de Nietzsche (1844-1900).

Se trata de pequeños apartados, dotados de relativa autonomía y ordenados numéricamente. En otros lugares de su obra, Nietzsche lleva al extremo esta forma de exposición utilizando AFORISMOS: sentencias breves cargadas de sentido y sin ninguna conexión lógica entre sí.

Nietzsche tiene una concepción fragmentaria del mundo: no lo entiende como una unidad, sino como una multiplicidad de formas y figuras que le lleva a desconfiar de todos los tratados tradicionales de filosofía-dominados por la forma de exposición continua y sistemática en los que ve un empobrecimiento y una falsificación tanto de la realidad como de la escritura.

Su lenguaje es vivo y expresivo, con frecuentes imágenes, parábolas y metáforas, pues Nietzsche no sólo es un pensador, sino un escritor, uno de los grandes escritores en lengua alemana.

Sin embargo, y acaso sea esto lo más importante, las metáforas literarias, en Nietzsche, obedecen más a la filosofía que a la literatura. Es decir, las imágenes no representan un lujo que Nietzsche se permite como escritor, sino una auténtica necesidad que experimenta como pensador: ese lenguaje, en efecto, es la única forma de expresar unas intuiciones y unos pensamientos que, formulados de otra manera, es decir, formulados conceptualmente, resultarían incomprensibles. El texto está escrito en un tono personal y subjetivo, que combina el ingenio y el desenfado con la ironía y el sarcasmo. En este sentido, convendrá distinguir entre crítica y polémica. En la crítica se busca la verdad objetiva y se procura refutar una idea aduciendo razones en contra; en la polémica, en cambio, las ideas pierden su valor de posible verdad y se transforman en manifestaciones vitales de los que discuten, que se descalifican entre sí apelando a cualquier cosa. Así, Nietzsche, el polemista, con una frase ingeniosa, con una burla o con un insulto, despacha aquellas doctrinas que no comparte, sin perder el tiempo en refutarlas mediante argumentos

NIETZSCHE CONCEPTOS

F. Nietzsche. Conceptos.

APOLO Y DIONISOS

DIONISOS. Símbolo fundamentale en la filosofía de Nietzsche, representa las fuerzas irracionales, profundas, oscuras, de la vida y de la muerte, del placer y del dolor, el sexo, la embriaguez y, en definitiva, todos aquellos estados orgiásticos en los que el hombre su individualidad y se funde con el cosmos, abrazándose con la totalidad del ser. Para Nietzsche, supone la absoluta afirmación de la vida, a pesar de lo enigmática y dolorosa que pueda ser. Se contrapone al símbolo APOLO: metáfora del orden y la mesura, del equilibrio.

EL SUPERHOMBRE

No es, desde luego, la raza aria, ni la bestia rubia de los nazis, ni una especie de supermán americano: no es el hombre actual súper-dimensionado, sino aquel capaz de sumergirse en el fondo dionisíaco de las cosas, en la multiplicidad y en el devenir. Es aquel capaz de soportar, sin enloquecer, la muerte de Dios. No está claro si es una esperanza, algo por venir, o una realidad que existe de forma oculta y que sólo espera el momento idóneo para manifestarse.

LA MORAL

Nietzsche propugna una alternativa a la moral tradicional, una transmutación de todos los valores. Así, a la noción de culpa opone la de inocencia. Frente a los conceptos de arrepentimiento y perdón, opone el olvido. Contra la compasión, defiende la necesidad de dureza y de crueldad inclemente con los parásitos, con aquellos que no aman y que, sin embargo, viven del amor. Frente a la moral plebeya de la igualdad, predica una moral aristocrática de la diferencia, basada en la distancia infinita y eterna que existe entre hombre y hombre; esta es una moral natural, y no contranatural ; una moral de la pasión, y no de la razón ; una moral de verdaderos individuos, y no del rebaño ; una moral de señores, y no de esclavos, una moral jerárquica, y no niveladora ; una moral, en definitiva, que no es sino la autodisciplina de una voluntad poderosa orientada a la creación de nuevos valores.

Nietzsche afronta el tema de la moral desde el punto de vista del psicólogo que sospecha y recela que tras los grandes valores se encuentra siempre la bajeza. De esta forma la conciencia moral no sería sino la interiorización del instinto de crueldad; en el ascetismo ve la única salida que le queda al degenerado que es incapaz de imponerse a sí mismo equilibrio y degeneración; en las virtudes ve defectos y vicios encubiertos, el refinamiento de bajas inclinaciones y malas pasiones: la generosidad no es más que vanidad, la gratitud es servilismo, la lealtad y la fidelidad no son más que pereza, la humildad es orgullo refinado, etc. La moral cristiana expresa el odio mortal a la vida, la impotente voluntad de poder de los débiles, el resentimiento de los enfermos, la rebelión de los esclavos y, en definitiva, el espíritu de venganza de los fracasados contra lo sin individuos que son grandes, fuertes, nobles y triunfantes. Este movimiento contranatural y diabólico comienza con el judaísmo y alcanza su plenitud con el cristianismo, que es una moral de esclavos, una religión no del amor sino del odio, del odio a la vida.

Nietzsche propugna, como alternativa a la moral tradicional, una transmutación de todos los valores: así, a la noción de culpa opone la noción de inocencia, a la de arrepentimiento y perdón, el olvido; contra la compasión defiende la necesidad de violencia y crueldad con los parásitos, con aquellos que no aman y que, sin embargo, quieren vivir del amor. Frente a la moral plebeya de la igualdad, predica una moral aristocrática de la diferencia, basada en la distancia infinita que existe entre hombre y hombre. Es esta una moral natural y no contranatural; una moral de la pasión y no de la razón, un moral de individuos y no de rebaño; una moral de señores y no de esclavos; una moral que no es otra cosa que la autodisciplina de una voluntad poderosa orientada a la creación de nuevos valores.

NIHILISMO

1. El teísmo es una forma de nihilismo (Nihilismo latente). Los valores que se inspiran en Dios, en el ser entendido como unidad y permanencia, tal y como es pensado por la ontología clásica, son valores falsos y mentirosos. El ser, Dios, es nada, es la nada divinizada, una máscara de la nada, un espejismo en el desierto de la nada. Estos valores, encubren, según Nietzsche, Nihilismo.

2. El ateísmo moderno (humanista) no es sino una manifestación del nihilismo latente que el teísmo llevaba dentro de sí (Nihilismo pasivo). Es un ateísmo pasivo de la muerte de Dios. El mundo moderno sustituye a Dios por otro: el hombre. Y sustituye la religión, como culto a Dios, por distintas formas de culto al hombre: la política, la ciencia, el arte. Así la figura del sacerdote deja paso a otros tipos humanos: el político, el moralista, el científico o sabio, el artista o genio...Para Nietzsche, el hombre en general y estos tipos humanos, en particular, son ídolos, residuos de Dios o dioses seculares, con los cuales hay que acabar desde un ateísmo consciente y activo. Muere Dios, pero el culto persiste.

3. El nihilismo que la tradición cultural de occidente guardaba como secreto sale a la luz, se hace público (Nihilismo manifiesto). Se trata ahora de una falta de ideales y de valores, de una mezcla de pereza y de fatiga que conducen a la inercia, a la pasividad. Sin fuerzas, sin voluntad, ya sólo se pretende sobrevivir, durar más tiempo. El escepticismo, el relativismo, la mediocridad y mezquindad burguesas, el vacío de sentido, la falta de coraje, la indisciplina, el tedio y el aburrimiento, son los rasgos, que según Nietzsche, exhibe, y no por casualidad, dicho suceso. Es la impresión que “el loco” saca tras su constatación en la plaza pública”.

4. Nietzsche es nihilista. Pero no debe confundirse el nihilismo de Nietzsche con el nihilismo de la tradición. El nihilismo de la tradición es pasivo y decadente, el de Nietzsche es activo y ascendente. Su crítica, su gran negación, deja paso a un Sí superior. Si niega los valores de la tradición, si los golpea con el martillo, es para mostrar que son nada. Pero la tarea aun no ha concluido. Ahora hay que crear nuevos valores, aquellos que se derivan de concebir el ser como vida, es decir, como multiplicidad y movimiento. Es esta la tarea del Superhombre anunciado por Zaratustra.

En Humano, demasiado humano Nietzsche se pregunta: No se pueden invertir todos lo valores. En la Gaya ciencia, el hombre loco profetiza: la secuela más revolucionaria de la muerte de Dios es un “andar errantes por una nada infinita”. ¿Qué significa nihilismo? Que los supremos valores se devalúan. Para Nietzsche el nihilismo sobreviene por una necesidad histórica. Proviene de lo supremos valores, porque el nihilismo es la conclusión final de la lógica de los grandes valores e ideales. Y esto porque los valores e ideales del hombre no existen por sí mismo. Son productos de la invención y creación humanas. Ahora bien, son falsamente proyectados en la esencia de las cosas, cuando en realidad se han ido fabricando según las necesidades de la vida. Con Sócrates y Platón los valores se convierten en cosas en sí desligándose de aquello por lo que surgieron. Hasta que llega el momento en qué las necesidades vitales que los forjaron caen en el olvido. Se convierten en expresiones de hostilidad a la vida, en una palabra: de decadencia, un institnto de negación de la vida. Tras esos valores no hay nada. Ya no sirveen. Es este el nihilismo resultado de una tradición histórica, el cual no debe aplazarse, al contrario, hay que sostenerlo e imponerlo. El nihilismo se vuelve entonces activo, demostrando que todo lo que se había tenido por verdadero, bueno y bello, es una pura ficción. El nihilismo no es ya resultado sino actitud ante la realidad. Pero, toda esta negación es un tránsito hacia una gran afirmación, hacia una pluralidad de afirmaciones.

sábado, 25 de febrero de 2012

Nietzsche little by little 2 Rasgos generales de su critica a la Filosofía

La crítica a la filosofía

Para Nietzsche, la filosofía occidental, desde Sócrates a Platón, está corrompida porque:

— Sócrates hizo triunfar a la razón contra la vida, a Apolo sobre Dioniso.

— Platón creó otro mundo, el de las Ideas, desvalorizando el mundo real (introdujo la ilusión del "mundo verdadero", al mismo tiempo que «inventó el espíritu puro y el bien en sí».

Para Nietzsche, toda verdad filosófica revela un instinto, un temor o un deseo oculto. Detrás del «idealismo» de Sócrates y de Platón (detrás de toda la metafísica occidental) se oculta el espíritu de decadencia, el odio a la vida y al mundo, el temor al instinto:

«El fanatismo con que la reflexión griega entera se lanza a la racionalidad delata una situación apurada: se estaba en peligro, se tenía una sola elección: o bien perecer o bien ser absurdamente racionales... El moralismo de los filósofos griegos a partir de Platón tiene unos condicionamientos patológicos: y lo mismo su aprecio de la dialéctica. Razón = virtud = felicidad signfica, simplemente: hay que imitar a Sócrates e implantar de manera permanente, contra los apetitos oscuros, una luz diurna ?la luz diurna de la razón?. Hay que ser inteligentes, claros, lúcidos a cualquier precio; toda concesión a los instintos, a lo inconsciente, conduce hacia abajo... [...] Lo que ellos escogen como remedio, como salvación, no es, a su vez, más que una expresión de la décadence. [...] La luz diurna más deslumbrante, la racionalidad a cualquier precio, la vida lúcida, fría, previsora, consciente, sin instinto, en oposición a los instintos, todo esto era sólo una enfermedad distinta ?y en modo alguno un camino de regreso a la "virtud", a la "salud", a la felicidad... Tener que combatir los instintos ?ésa es la fórmula de la décadence: mientras la vida asciende, la felicidad es igual a instinto» (Crepúsculo de los ídolos, «El problema de Sócrates»).

En toda su crítica a la filosofía occidental Nietzsche parece excluir sólo a Heráclito. Del resto afirma: «Todo lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios son momias conceptuales; de sus manos no salió nada real». Considera los principales conceptos metafísicos engaños gramaticales o del lenguaje. El concepto de "ser" le parece el peor de todos, una ficción vacía. Y rechaza también los conceptos de "yo" (Descartes), "cosa en sí" (Kant), "sustancia", "causa", etc. Para Nietzsche, todos estos conceptos surgen de un desprecio al valor de los sentidos y por una sobreestimación de la razón. Nietzsche propone, por el contrario, aceptar el testimonio de los sentidos: lo real es el devenir (Heráclito), el fenómeno, la apariencia.

El principal error de la metafísica fue admitir un «mundo verdadero» en oposición a un «mundo aparente», cuando sólo el último es el real. La historia de la filosofía, por lo tanto, debería ser entendida como una historia de la liberación del fantasma del «mundo verdadero».

Nietzsche arremete, finalmente, contra el concepto de verdad. Su pensamiento puede considerarse un fenomenismo (el fenómeno o la apariencia es todo lo que hay. Pero tampoco admite «verdades en sí». Una «verdad en sí» es algo tan absurdo como un «sentido en sí». Una verdad es tal por su valor pragmático (pragmatismo). La "voluntad de verdad" no es sino "voluntad de poder". Sólo es verdad lo que aumenta el poder, lo que sirve a la vida. Y frente al dogmatismo metafísico, Nietzsche defiende un perspectivismo: «no hay hechos, sino interpretaciones»; «no hay cosas en sí, sino perspectivas». La pregunta: «¿Qué es esto?» significa en realidad: «¿Qué es esto para mí»? Y la perspectiva es ya una valoración, hecha por la voluntad de poder:

«El espíritu humano no puede hacer otra cosa que verse a sí mismo en sus propias perspectivas. No es imposible salirnos de nuestro ángulo visual. [...] El mundo se ha vuelto por segunda vez infinito para nosotros, ya que no podemos refutar la posibilidad de que sea susceptible de interpretaciones infinitas» (La gaya ciencia).

Aparte de la crítica a la filosofía, Nietzsche critica la religión (el cristianismo, que es platonismo para el pueblo y merece las mismas críticas que dirige a Platón) y la ciencia, entendida en su momento desde una mentalidad mecanicista y positivista. Para Nietzsche no todo es materia y movimiento mecánico: también hay "fuerzas" (vitalismo dionisíaco). El universo no está sometido a leyes deterministas, sino que es un caos de fuerzas.

Nietzsche little by little 1 Biografía y etapas de su producción filosófica.

NIETZSCHE

I. Biografía y períodos de su obra

Biografía: Friedrich W. Nietzsche (1844-1900) nació en Röcken, cerca de Leipzig, de padre polaco y madre alemana. Estudia humanidades en Pforta, una de las más famosas escuelas de Turingia.. Fue un gran aficionado a la música desde muy pronto. A los 20 años comenzó a estudiar filología clásica en Bonn, y un año después en Leipzig. Allí se entusiasmó por la obra de Schopenhauer. Conoció a Wagner cuando tenía 24 años, por cuya música se apasiona. En 1869, a los 25 años, es nombrado catedrático extraordinario de filología clásica en la universidad de Basilea, con un claro interés ya por la filosofía. En esta época mantiene una intensa amistad con Wagner, con Paul Rée y con el teólogo radical F. Overbeck. En 1878 rompió su amistad con Wagner, y al año siguiente se ve obligado a dejar la cátedra de Basilea por enfermedad. Desde entonces, con 35 años, llevó una vida errante, viajando especialmente por el Mediterráneo y los Alpes suizos, padeciendo vómitos, fuertes dolores de cabeza y oculares. Recobra vitalidad cuando conoce a Lou Andreas Salomé, aunque ésta nunca le aceptará como marido. En 1889 sufre en colapso en una plaza de Turín y le internan en una clínica psiquiátrica aquejado de parálisis progresiva. Pierde definitivamente la razón y depende ya de los cuidados de su madre y su hermana. Muere al año siguiente.

Obras: La primera edición de sus Obras completas aparece entre 1901 y 1913, con abundantes falsificaciones en muchos pasajes introducidas por su hermana, sobre todo en las cartas. Sólo a partir de 1954, y gracias a K. Schlechta, se inicia la revisión crítica de sus obras y se publican corregidas.

Períodos de su obra:

1. Período romántico. Filosofía de la noche. Es la época de Basilea, cuando Nietzsche se inspira en los clásicos (especialmente en Heráclito) y se interesa por Schopenhauer y por la música de Wagner. Obra fundamental de este período: El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música (1871), dedicada a Wagner porque en sus óperas ve la continuación de la tragedia griega. Durante este período Nietzsche considera el arte como el medio más adecuado para penetrar en la realidad y captar el fondo oculto de la existencia (lo dionisíaco, contrapuesto a la luminosidad de lo apolíneo). Dioniso (el dios de la noche) y el artista (el poeta trágico) serán para él en este período los representantes de la actitud auténtica ante la vida. En este período desarrolla un tema sobre el que volverá continuamente: la contraposición entre lo apolíneo y lo dionisíaco, dando siempre prioridad a lo segundo. Sócrates le parece ya el gran enemigo. También publica en este período Consideraciones intempestivas (1873-1876) y estudios sobre la filosofía griega.

2. Período positivista o ilustrado. Filosofía de la mañana. Termina el período de Basilea y comienzan sus primeros viajes. Se produce una ruptura aparentemente brusca con el período anterior: Corta con Wagner y abandona la filosofía de Schopenhauer. Busca la inspiración más bien en Voltaire y en los ilustrados franceses. Manifiesta actitudes «positivistas» o «cientificistas» desde las que condena la metafísica (sobre todo la platónica), la religión y el arte. Su prototipo ahora es el hombre libre. Escribe obras como Humano, demasiado humano (1878), a base de aforismos, donde denuncia todos los ideales de la cultura occidental y su verdadero trasfondo: «Allí donde vosotros veis cosas ideales, veo yo cosas humanas, ay, demasiado humanas». Dedica el libro a Voltaire. En su intento de transmitir lucidez, Nietzsche llega a decir que se trata de una obra de la mañana. De parecida orientación son otros dos títulos: Aurora (1881) y La gaya ciencia (1882).

3. El mensaje de Zaratustra. Filosofía del mediodía. Nietzsche está ahora en la cima de su pensamiento (el "mediodía"). Escribe la que para muchos es su mejor obra: Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie (1883-1884). La idea central de la obra será «el eterno retorno», considerado por Nietzsche "esa fórmula suprema de afirmación". Zaratustra representa "el concepto mismo de Dioniso" y será la personalización del «superhombre».

4. Período crítico. Filosofía del atardecer. Tras el Zaratustra sus obras cambian de signo. Pasa a una fase no de afirmación, sino de negación y de crítica (de nihilismo). Arremete en su crítica contra los fundamentos de la cultura occidental: la religión, la filosofía y la moral tradicional. Es un período mucho más violento y apasionado. Zaratustra desciende de la altura a una civilización que está en su ocaso ?atardecer?, minada por el nihilismo. La figura ahora será «el filósofo a martillazos», que maldice al "último hombre" (el que precede al superhombre). Sus obras principales: Más allá del bien y del mal, preludio de una filosofía del futuro (1886), en la que se propone una crítica de la modernidad; La genealogía de la moral, un escrito polémico (1887); Crepúsculo de los ídolos, o cómo se filosofa con el martillo (1889); El Anticristo. Maldición contra el cristianismo (1888, pero publicada en 1894); y Ecce Homo. Cómo se llega a ser lo que se es (1888, pero publicada en 1908). Esta última es su autobiografía filosófica. En sus últimos meses todavía escribió una gran cantidad de aforismos y fragmentos, publicados bajo el título La voluntad de poder en 1901 (edic. corregida y aumentada en 1906).