La persona y la personalidad
Hay diferentes maneras de definir ‘persona’. Una de ellas es
esta:
Una
PERSONA es un ser capaz de pensar, valorar y decidir sus actos
Aunque todos somos
igualmente capaces de pensar, de sentir emociones, de valorar lo que ocurre
y de decidir qué queremos hacer, afortunadamente no somos iguales, nadie es igual a otra persona. Todos
iguales, todos diferentes, ese debería ser nuestro lema.
Esto hace que nuestras vidas sean irrepetibles e individuales.
Lo que no quiere decir, ni mucho menos, que podamos ni queramos vivir sin los
otros.
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Desde siempre se ha intentado clasificar los rasgos de la
personalidad. Por ejemplo:
-
Extrovertido / Introvertido. Una persona extrovertida
(echada hacia afuera) es una persona que exterioriza o expresa mucho lo que
piensa, siente, desea… Una persona introvertida, en cambio, es una persona más
reservada, que guarda más sus pensamientos, emociones y deseos. Todos somos
extrovertidos e introvertidos, pero en diferentes grados, situaciones vitales y
aspectos.
-
Neurótico
/ Equilibrado. Una persona más neurótica tiene habitualmente
actitudes que consideramos “negativas”, como la ansiedad, el miedo… Una persona
equilibrada se comporta habitualmente de manera tranquila y serena, y suele ver
más positivamente las cosas. Todos somos algo neuróticos, pero unas personas
más que otras y más en unas situaciones que en otras.
¿Son innatos o
aprendidos los rasgos de la personalidad de cada uno?
Aunque el entorno
en que nos criamos y en que vivimos influye
mucho en nuestra manera de comportarnos, parece que los rasgos esenciales
de la personalidad los tiene uno desde
su nacimiento.
Por eso, también, nos acompañan durante toda nuestra vida, aunque podemos modificarlos y adaptarlos algo a las circunstancias.
Nuestra personalidad tiene influencia en nuestras motivaciones, en lo que hacemos y lo que queremos, y en cómo lo hacemos y cómo lo queremos hacer.
Sin embargo, una influencia igual, o mayor en ciertos
aspectos, la tiene el contexto social
(cultural, económico…) en que nos encontramos en cada momento.
Definición de DIGNIDAD según el diccionario:
Cualidad
del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad,
seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo
humillen ni degraden. Así, se habla de
"perder la dignidad; respeta la dignidad de la persona, con todos sus derechos y libertades"
Explicación
¿Qué es Dignidad?
El término dignidad deriva del vocablo en latín dignitas, y del adjetivo digno, que significa valioso, con honor, merecedor. La dignidad es la cualidad de digno e indica, por tanto, que alguien es merecedor de algo o que una cosa posee un nivel de calidad aceptable.La dignidad humana es un valor o un derecho inviolable e intangible de la persona, es un derecho fundamental y es el valor inherente al ser humano porque es un ser racional que posee libertad y es capaz de crear cosas. Esto quiere decir que todos los seres humanos pueden modelar, cambiar y mejorar sus vidas ejerciendo su libertad y por medio de la toma de decisiones. La dignidad se basa en el respeto y la estima que una persona tiene de sí misma y es merecedora de ese respeto por otros porque todos merecemos respeto sin importar cómo somos. Cuando reconocemos las diferencias de cada persona y toleramos esas diferencias, la persona puede sentirse digna, con honor y libre. En el Preámbulo de La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 habla de la "dignidad intrínseca (...) de todos los miembros de la familia humana", y luego afirma en su artículo 1º que "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos".
La dignidad, en este caso, es positiva y fomenta la sensación de plenitud y satisfacción, reforzando la personalidad. La esclavitud, entonces, se ha usado para personas que no se trataban como tales ni como dignas, es decir, antiguamente se decía que el esclavo no era una persona humana, sino un objeto.
La dignidad también es el respeto y la estima que merece una cosa o una acción. Es una excelencia, un realce de esa cosa o acción.