martes, 3 de noviembre de 2015

La existencia de Dios no es evidente.



Introducción a la explicación del texto objeto de comentario: comentario a la tesis: la existencia de Dios no es evidente (Art. 1)

Tomás de Aquino estudia tres problemas relacionados con la existencia de Dios:

1.      Si la existencia de Dios es una verdad de evidencia inmediata (Art. 1)
2.      Si, por lo menos es una verdad demostrable (Art. 2)
3.      Cómo se demuestra la existencia de Dios (Art. 3)

Es patente el orden articulado de los artículos que componen la cuestión formulada por el aquinate. La respuesta al Art.3 descansa sobre la del 2 y ésta, a su vez, sobre la del 1. Así pues, el desarrollo del Art.2 supone que se ha despejado la incógnita del Art.1: resolviendo la cuestión en sentido negativo, Tomás de Aquino sostiene la no evidencia inmediata de la existencia de Dios.

En efecto, la proposición “Dios Existe” es en sí misma, objetivamente, una proposición evidente, pues en ella el predicado está contenido en el sujeto, es decir, es analítica. Pero, subjetivamente, para nuestro entendimiento finito, no es una proposición por sí misma evidente, no es un juicio analítico, ni se trata de una proposición cuya verdad se manifiesta a nuestra inteligencia por la sola aprehensión de sus términos: Dios y existir, porque los seres humanos finitos no pueden comprender la esencia de Dios y, tampoco, ver a priori que el predicado esté contenido en el sujeto. La proposición “Dios Existe” es, pues, una verdad no percibida intuitiva e inmediatamente, sino que puede y debe deducirse de otros conocimientos. En otras palabras, el aquinate no considera válida la prueba a priori propuesta por San Anselmo.

Así pues, Tomás de Aquino sostiene que la existencia de Dios no es una verdad evidente. Aunque sí lo sea objetivamente, no lo es para el entendimiento finito humano (Art. 1).

El aquinate fundamenta su tesis en una crítica al Argumento Ontológico de San Anselmo. Dicho argumento se basa en que la sola noción de la esencia de Dios basta para probar su existencia. Se trata de un argumento a priori, propuesto por vez primera por el filósofo medieval Anselmo de Canterbury (XI), en su obra Proslogion (cap. 2).El argumento va del significado de Dios a la existencia de Dios y podría formularse de del modo siguiente:

1.      Primera premisa: Dios es perfecto.
2.      Segunda premisa: Lo que existe es más perfecto que lo que no existe.
3.      Conclusión: Dios existe.

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