Teoría aristotélica según la cual todos los seres sensibles o perceptibles (tanto los naturales como los artificiales) se componen de materia (hylé) y forma (morphé).
Materia
La realidad de la que está hecha una cosa.
Del término griego hylé. Este término significaba originariamente madera, material de construcción, el elemento con el que construimos algo.
La materia es aquello con lo que está hecho algo. Junto con la forma, es un elemento constitutivo de las sustancias individuales y desde el punto de vista dinámico es aquello susceptible de alguna determinación o forma, por tanto una realidad potencial. Cabe hablar también de un cierto carácter relativo de lo que se considera materia: si nos fijamos en una estatua del dios Zeus la forma es Zeus y la materia el bronce; pero si nos fijamos en el bronce mismo el ser bronce es forma y la materia la materia prima.
En el caso de los seres vivos la forma es el alma y la materia el cuerpo.
Forma
Conjunto de rasgos característicos de un objeto.
Este término corresponde a las palabras griegas morphé y êidos.
Nuestro lenguaje cubre bastante bien la riqueza de significados que tenía esta palabra
en el mundo griego y la filosofía aristotélica: en un primer nivel se
identifica con la figura de un objeto físico; en otro sentido designa la
estructura de algo frente a los elementos o materia que componen ese algo, como
cuando hablamos de la estructura o forma que le ha dado un poeta a sus
versos o un escritor a lo que nos presenta en un libro; más en general, ya en
un sentido típicamente aristotélico, podemos hablar de la forma como los
rasgos de un objeto y distinguir las formas accidentales de la forma
substancial: la forma substancial de una cosa es lo mismo que su esencia y
las formas accidentales las determinaciones o propiedades de las que el sujeto
puede prescindir sin sufrir una modificación completa.
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