miércoles, 29 de octubre de 2014
La apuesta de Pascal
En
el juego de la creencia en la existencia de Dios hay dos posibilidades: Dios existe
o no existe. En este caso la razón, por sí sola no puede determinar nada, así
como, cuando se juega una partida a cara o cruz, nadie puede afirmar quien
ganará. En este juego supremo no existe la posibilidad de no jugar, lo que otorga especial dramatismo a la pregunta ¿cómo elegir? Existe la posibilidad de
que Dios exista. Si apostamos a que Dios existe entonces apostamos a una
ganancia infinita pero, si perdemos la apuesta, ¿qué podemos perder? La
respuesta es: nada porque Dios no existe. Si, por el contrario, apostamos a que
Dios no existe, no hay nada para ganar y una eternidad para perder si se diera
el caso de que Dios existe. En cualquiera de los dos casos la apuesta supone
una toma de decisión bajo incertidumbre.
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