TEORÍAS ÉTICAS.- Una teoría ética es un modo
de interpretar la realidad moral que sirve para analizar y aclarar lo que
conocemos por experiencia. La capacidad para reflexionar sobre nuestros actos
hace que nuestro comportamiento no sea meramente instintivo, es decir, de
simple reacción ante los estímulos. En nuestra vida diaria estamos acostumbrados a tomar decisiones. Preferimos una
cosa en lugar de otra. Consideramos que una acción es buena o es mala sin que
necesitemos pensarlo mucho, es decir, le estamos asignando un valor. El valor
moral consiste en adjudicarle una cualidad a una acción que la hace
preferible sobre otra y es un concepto muy importante en la elaboración de las
teorías éticas.
TIPOS DE TEORÍAS ÉTICAS.- A lo largo de la historia de la reflexión ética se han formado dos grandes grupos de teorías:
TIPOS DE TEORÍAS ÉTICAS.- A lo largo de la historia de la reflexión ética se han formado dos grandes grupos de teorías:
- Las éticas de fines son las que explican la moralidad humana basándose en la búsqueda de los bienes y, por tanto, entienden que las decisiones se toman pensando en las consecuencias de las acciones. Son las teorías teleológicas. Entre ellas destacamos la teoría aristotélica llamada eudemonista, porque para esta teoría el máximo bien es la felicidad (eudaimonia significa felicidad en griego). La ética cristiana también se encuentra dentro de este tipo de teorías, puesto que el bien es la contemplación de Dios.
- Las éticas del deber conceden mayor importancia a
los principios o a las normas que deben ser cumplidas, puesto que se consideran
como buenas en sí mismas. No tienen en cuenta las consecuencias. El filósofo
Immanuel Kant es quien representa este segundo grupo de teorías. Su
visión de la ética es completamente diferente a las anteriores porque se
fundamenta en el cumplimiento del deber que nace de la razón.
LAS ÉTICAS DE LOS FINES
LAS ÉTICAS DE LOS FINES
1. Éticas de los fines.- Son las éticas llamadas
también teleológicas, debido a que el término griego telos
significaba fin. En este grupo de teorías se empieza por el
planteamiento de un fin que se considera como el máximo bien. Las consecuencias
de nuestras acciones sirven para considerar cuándo son buenas o malas
dependiendo de si se acercan o no al bien propuesto. Dentro del grupo de las
éticas teleológicas, nos encontramos con tres tipos de teorías:
a) Las teorías hedonistas: consideran que lo
moralmente bueno es el placer y el alejamiento del dolor. Esto es lo que nos
orientaría a la hora de tomar nuestras decisiones. Epicuro elaboró una teoría
ética de este tipo.
b) Las teorías eudemonistas: para las que la
felicidad es el bien supremo que guía nuestras acciones. La vida moralmente
buena nos lleva necesariamente a la felicidad. A esta clase pertenece la ética
aristotélica.
c) Las teorías utilitaristas: tienen en cuenta la
felicidad general basada en el bienestar del mayor número de personas.
PRINCIPALES TEORÍAS TELEOLÓGICAS
1.
La ética aristotélica.- El filósofo griego Aristóteles
se propuso aclarar el significado de la felicidad para aplicarlo a la
práctica en la vida de las personas. Si sabemos lo que es la felicidad,
podremos llevar una vida feliz.
La felicidad es la realización de la actividad más propia del ser humano, es decir, del uso de la razón. Por ejemplo, un violín está diseñado para hacer música; si se utilizara para otra cosa, no será feliz. Una persona que no ejerciera la razón tampoco sería feliz porque no lograría la máxima perfección de la que es capaz.
Una vez que se comprende que el bien más perfecto es la felicidad, el modo para alcanzarla es mediante la práctica de la virtud moral. Las virtudes morales no son acciones ocasionales, sino hábitos de conducta que son el resultado de una educación y del ejercicio reiterado de nuestros actos.
Una persona virtuosa es aquella que tiene el hábito de elegir siempre conforme al justo medio entre dos extremos, con el fin de orientar su vida manteniendo la tendencia al máximo bien propuesto. El extremo siempre es un vicio, tanto por exceso, como por defecto. Por ejemplo, para tener salud no es conveniente ni comer en exceso ni de forma insuficiente, sino de forma equilibrada.
2. El hedonismo de Epicuro.- El fundamento de la ética de los epicúreos se encuentra en la búsqueda del placer y la huida del dolor. A este tipo de teorías se les llama hedonistas debido al término griego hedoné, que significa placer.
El concepto de placer se refiere a la ausencia de molestias que perturben el ánimo y a los placeres de tipo espiritual más que estrictamente material. Los epicúreos consideraban que el hombre prudente sabe administrar razonablemente los placeres con el fin de evitar consecuencias que le causen dolor.
3. La ética cristiana.- Los dos grandes pensadores de la ética cristiana son san Agustín y santo Tomás, quienes toman muchas de las ideas de los filósofos griegos.
San Agustín toma la idea del Bien desarrollada por Platón y la adapta a la visión cristiana. Considera que el hombre puede obtener la mayor felicidad mediante la contemplación de la verdad en Dios.
Según santo Tomás, todas las acciones de los hombres deben tender de forma natural a Dios porque es el Bien Supremo. Esa tendencia, llamada providencia, no elimina la libertad humana porque Dios guía a los hombres, no los fuerza a hacer nada en contra de su voluntad. Es libre para elegir el camino de su felicidad.
4. El utilitarismo.- El utilitarismo es una teoría ética que surgió en Inglaterra a finales del siglo XVIII desarrollada por Jeremy Bentham y posteriormente por John Stuart Mill. Es una teoría teleológica que considera que el bien es lograr la máxima felicidad posible para el mayor número de seres vivos. Este es el principio de utilidad, según el cual llamamos buenas a aquellas acciones o reglas que incrementan la felicidad general, y consideramos como malas a las que generan infelicidad.
Los antecedentes del utilitarismo se encuentran en la ética de Epicuro, aunque en este caso se trataba de la felicidad del individuo, mientras que los utilitaristas tienen en cuenta la felicidad de toda la colectividad.
El criterio moral de los utilitaristas es hedonista, porque la mayor felicidad es en realidad el mayor placer o el alejamiento de lo que nos produce dolor. Según esto, podría decirse que el utilitarismo es un hedonismo social.
Cuando los utilitaristas hablan de los placeres como finalidad, se refieren a una situación de bienestar psicológico en la que se satisfacen asimismo las necesidades propiamente humanas y, por tanto, las que están relacionadas con la capacidad de razón.
La felicidad es la realización de la actividad más propia del ser humano, es decir, del uso de la razón. Por ejemplo, un violín está diseñado para hacer música; si se utilizara para otra cosa, no será feliz. Una persona que no ejerciera la razón tampoco sería feliz porque no lograría la máxima perfección de la que es capaz.
Una vez que se comprende que el bien más perfecto es la felicidad, el modo para alcanzarla es mediante la práctica de la virtud moral. Las virtudes morales no son acciones ocasionales, sino hábitos de conducta que son el resultado de una educación y del ejercicio reiterado de nuestros actos.
Una persona virtuosa es aquella que tiene el hábito de elegir siempre conforme al justo medio entre dos extremos, con el fin de orientar su vida manteniendo la tendencia al máximo bien propuesto. El extremo siempre es un vicio, tanto por exceso, como por defecto. Por ejemplo, para tener salud no es conveniente ni comer en exceso ni de forma insuficiente, sino de forma equilibrada.
2. El hedonismo de Epicuro.- El fundamento de la ética de los epicúreos se encuentra en la búsqueda del placer y la huida del dolor. A este tipo de teorías se les llama hedonistas debido al término griego hedoné, que significa placer.
El concepto de placer se refiere a la ausencia de molestias que perturben el ánimo y a los placeres de tipo espiritual más que estrictamente material. Los epicúreos consideraban que el hombre prudente sabe administrar razonablemente los placeres con el fin de evitar consecuencias que le causen dolor.
3. La ética cristiana.- Los dos grandes pensadores de la ética cristiana son san Agustín y santo Tomás, quienes toman muchas de las ideas de los filósofos griegos.
San Agustín toma la idea del Bien desarrollada por Platón y la adapta a la visión cristiana. Considera que el hombre puede obtener la mayor felicidad mediante la contemplación de la verdad en Dios.
Según santo Tomás, todas las acciones de los hombres deben tender de forma natural a Dios porque es el Bien Supremo. Esa tendencia, llamada providencia, no elimina la libertad humana porque Dios guía a los hombres, no los fuerza a hacer nada en contra de su voluntad. Es libre para elegir el camino de su felicidad.
4. El utilitarismo.- El utilitarismo es una teoría ética que surgió en Inglaterra a finales del siglo XVIII desarrollada por Jeremy Bentham y posteriormente por John Stuart Mill. Es una teoría teleológica que considera que el bien es lograr la máxima felicidad posible para el mayor número de seres vivos. Este es el principio de utilidad, según el cual llamamos buenas a aquellas acciones o reglas que incrementan la felicidad general, y consideramos como malas a las que generan infelicidad.
Los antecedentes del utilitarismo se encuentran en la ética de Epicuro, aunque en este caso se trataba de la felicidad del individuo, mientras que los utilitaristas tienen en cuenta la felicidad de toda la colectividad.
El criterio moral de los utilitaristas es hedonista, porque la mayor felicidad es en realidad el mayor placer o el alejamiento de lo que nos produce dolor. Según esto, podría decirse que el utilitarismo es un hedonismo social.
Cuando los utilitaristas hablan de los placeres como finalidad, se refieren a una situación de bienestar psicológico en la que se satisfacen asimismo las necesidades propiamente humanas y, por tanto, las que están relacionadas con la capacidad de razón.
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