¿Puede pensar una máquina?
https://sensibilidadartificial.wordpress.com/2012/12/03/puede-pensar-una-maquina/
El ensayo de Alan M. Turing ¿Puede pensar una
máquina? lo podemos encontrar dentro de una compilación de textos titulada Mentes
y máquinas, publicado por la editorial Tecnos. Este ensayo es el mismo que
salió publicado en la revista Mind en 1947 y ha pasado a la historia de
la ciencia ya que se considera el antecedente de la IA. ¿Por qué? en este
ensayo Turing formula diversos cuestionamientos acerca de las propiedades que
pueden llegar a tener las máquinas y, también muy interesante, compara estas
propiedades con las capacidades humanas.
El principal objetivo del texto consiste en defender
la hipótesis de que las máquinas pueden pensar. El propósito de este
objetivo, que formula el autor, es intentar demostrar con ejercicios teóricos
que las máquinas pueden llegar a comportarse como el hombre, incluso imitar sus
propiedades deductivas racionales. Por lo tanto, la tesis principal consiste en
analizar la capacidad que puede llegar a tener una máquina para imitar la
conducta humana.
Turing, pretende demostrar la tesis principal de este
articulo a través del juego de imitación, en el cual se establecen roles entre
los participantes. En este juego intervienen 3 agentes, un ordenador (A), un
hombre (B) y un interrogador (C) que tendrá que discernir el hombre de la
máquina. Para realizar el juego es necesario que (C) esté en una habitación
separado de (A) y de (B). Y la misión de (A) es tratar de conseguir que (C) se
equivoque.
La ventaja de este juego es que marca una línea
divisoria entre las capacidades físicas y las capacidades intelectuales del
hombre, y el método usado de pregunta y respuesta parece adecuado para
introducir todos los campos de la actividad humana que deseemos incluir y así
intentar diferenciar el hombre de la máquina. Si se tratara del caso contrario,
si el hombre tuviese que pasar por una máquina, Turing dice que sería una
pérdida de tiempo, ya que nos delataría nuestra lentitud e imprecisión
aritmética.
El creciente interés por las máquinas pensantes de
mediados del siglo XX vino motivado por la aparición de un tipo de máquina en
particular, el computador digital. De acuerdo con esto, Turing, convendrá que
sólo intervengan computadores digitales en este juego. Él no se preguntaba
sobre si todos los computadores digitales darían buen resultado en el juego de
imitación, ni siquiera si los ordenadores de su época lo darían, sino,
que se pregunta sobre si habría computadores imaginables que dieran ese
resultado. Turing ve muchas similitudes entre el computador digital y las máquinas
de Turing. Estas últimas, son aparatos ideales de cálculo capaces de resolver
toda función matemática que sea computable, es decir, que su solución pueda ser
obtenida mecánicamente.
Después de ver estas similitudes, Turing, empieza a
defender la tesis de que un computador digital puede hacerse pasar por un
hombre con éxito durante el juego de imitación, ya que estos permiten un
almacenamiento de datos muy fuertes y pueden emular estructuras racionales y
procesos cognitivos como los de los seres humanos. Porque este tipo de
computador fue construido para llevar a cabo operaciones que podrían ser
realizadas por un calculador humano.
Estos computadores constan de tres partes tales como
la “memoria”, la “unidad ejecutiva” y el “control”. En primer lugar, la memoria
estará dotada de una tabla de instrucciones que le permitirá responder
adecuadamente las preguntas que le serán impartidas por el interrogador humano.
Estas preguntas primordialmente tienen un contenido aritmético, en la cual el
interrogador se encargará de hacer la pertinente comparación de habilidad
deductiva entre máquina y hombre. Según Turing esta será una ardua tarea,
porque los ordenadores construidos para que funcionen con estos principios
pueden imitar realmente de una manera muy próxima las acciones de un calculador
humano, ya que las reglas usadas por el calculador humano equivaldrían a la
programación del computador.
En el siguiente apartado del texto, Turing se encarga
de especificar los componentes técnicos y físicos que conforman las
habilidades pertinentes que puede llegar a tener un computador de carácter
digital. Para que estos tengan éxito en el juego de imitación deberán ser
parecidos a las máquinas de estado discreto, es decir, a las máquinas que se
muevan a saltos de un estado bien definido a otro. También, el número de
estados ha de ser enorme para poder imitar el proceso llevado a cabo por el
calculador humano. Pero este tipo de máquinas no existían ya que todas se
movían de forma continua. No obstante, él pronostica que pasados unos cincuenta
años después de su escrito, esto ya será una realidad.
En 1990 se inició un concurso, el Premio Loebner, que
consiste en una competición de carácter anual entre programas de ordenador que
sigue el estándar establecido por la prueba de Turing. Un juez humano se
enfrenta a dos pantallas de ordenador, una de ellas que se encuentra bajo el
control de un ordenador, y la otra bajo el control de un humano. El juez
plantea preguntas a las dos pantallas y recibe respuestas. El premio está dotado
con 100.000 dólares estadounidenses para el programa que pase el test, y un
premio de consolación para el mejor programa anual. A día de hoy todavía no ha
sido otorgado el premio principal.
Por otra parte, Turing, en su artículo, también tiene
en cuenta las opiniones opuestas y las críticas posibles a su teoría
provenientes de los diferentes ámbitos sociales, culturales y científicos. Las
objeciones a las que él intenta dar respuesta son las siguientes:
1) La objeción teológica: considera que el pensar es
una función del alma inmortal del hombre, por lo tanto, se cree que Dios ha
dotado de alma al hombre, pero no a los animales ni a las máquinas. Y debido a
esta razón, ni los animales, ni las máquinas pueden pensar.
2) La objeción del avestruz: sostiene que si
existieran máquinas pensantes las consecuencias serían terribles, por lo tanto,
las personas que mantienen esta objeción consideran que las máquinas pensantes
no podrán existir. Turing responde que se trata de una falacia lógica conocida
como argumentum ad consequetiam, es decir, un argumento que concluye que
una premisa es verdadera o falsa dependiendo de si sus consecuencias son buenas
o malas. Así que esta objeción muestra lo que nos gustaría que sucediese a los
que la sostienen, no lo que no puede suceder.
3) La objeción matemática: alega que hay una serie de
resultados de la lógica matemática que pueden usarse para demostrar que hay
limitaciones en las funciones de las máquinas de estado discreto. Las
objeciones basadas en el teorema de la incompletitud de Gödel suponen que la IA
debe ser perfecta. Pero, según Turing, la perfección no es requerimiento para
ningún tipo de inteligencia.
4) El argumento de la conciencia: consiste en una
frase del Defferson que dice que <>. Esta objeción considera que un mecanismo nunca podrá
simular a un hombre ya que no será consciente de lo que escribe. Este argumento
parece invalidar el test de Turing, pero según él es fácil persuadir a los que
sostienen esta posición porqué están condenados a caer en una posición
solipsista.
5) Argumentos basados en varias incapacidades: afirman
que las máquinas nunca serán capaces de hacer muchas cosas típicamente humanas,
como por ejemplo: ser cortés, ingenioso, amistoso, enamorarse, etc. Turing dice
que estas afirmaciones no están fundamentadas porque que no lo hayamos visto hasta
ahora no quiere decir que siempre será así.
6) La objeción de Lady Lovelance: ésta afirma que las
máquinas no tienen pretensiones de originar nada sino que simplemente hacen
todo lo que sepamos como ordenárselo. Turing dice que esto no quita que en el futuro
pueda haber máquinas pensantes, sólo muestra que aún queda un gran camino que
recorrer.
7) El argumento basado en la continuidad del sistema
nervioso: dice que nuestro sistema nervioso no es parecido al funcionamiento de
una máquina de estado discreto. Al ser así, no tiene sentido que esperemos
imitar a la conducta del sistema nervioso con una máquina de este tipo. Pero
Turing contra argumenta que el funcionamiento de un cerebro continuo
responde de manera discreta durante el Test de Turing, por lo tanto, dentro de
las condiciones del juego de imitación el interrogador no podrá beneficiarse de
esta diferencia.
8) El argumento de la informalidad de la conducta:
afirma que no es posible producir un conjunto de reglas con el propósito de
describir lo que haría un hombre en cada conjunto de circunstancias posibles,
es decir, que no se pueden establecer reglas de conducta que den cuenta de
todas las eventualidades. Como tales reglas no existen, las máquinas no pueden
parecerse a los humanos. Pero según Turing, no hemos investigado lo suficiente
para afirmar que no existen leyes que regulen nuestro comportamiento.
9) El argumento de la percepción extrasensorial: dice
que el test de Turing no funcionaría al hacer el juego de imitación con un
sujeto que posea capacidades extrasensoriales y un computador, porque entonces
sería fácil distinguirlos. El mismo Turing, en su artículo, nos explica que no
funcionaría porqué precisamente esta situación sería análoga a lo que ocurriría
si el interrogador se hablase a sí mismo en voz alta y uno de los contrincantes
lo escuchara a través de la pared. Por lo tanto, se estaría incumpliendo una de
las condiciones fundamentales que regulan el juego, y por esa razón no sería
válido.
Hasta ahora, hemos visto que las máquinas tienen
implícitos procesos deductivos, pero aún así Turing es consciente de que
no tiene argumentos positivos muy convincentes para apoyar su tesis principal.
En este punto Turing empieza a analizar el proceso de desarrollo de la mente
humana adulta, esto le lleva a proponer producir una máquina que simule la
mente de un niño que sometida a un curso apropiado de educación pueda alcanzar
un resultado similar al de un cerebro adulto. Él es consciente de que no es
posible aplicar exactamente el mismo proceso de enseñanza a la máquina que al
niño, pero cree que se pueden programar las máquinas-niño sobre el principio de
refuerzo negativo y el refuerzo positivo.
En este punto, Turing relaciona su tesis con una de
las corrientes de la psicología que tenía más éxito en el momento contextual de
la publicación de su artículo: el conductismo. Esta corriente surgida a
comienzos del siglo XX en los Estados Unidos por John B. Watson, usa métodos
mecánicos que dan lugar al desarrollo de procesos repetitivos, así el aprendizaje
provoca un cambio perdurable en la conducta, pues los fundadores de este modelo
lo confirman mediante el postulado de estimulo/respuesta. Al realizar una
acción, el organismo se encuentra con un determinado tipo de estímulos, llamado
estímulo reforzador positivo. Este estímulo positivo tiene el efecto de
incrementar el comportamiento que ocurre inmediatamente antes del
estimulo reforzador. Esto es el condicionamiento operante: el comportamiento
está seguido de una consecuencia, y la naturaleza de la consecuencia modifica
la tendencia del organismo a repetir el comportamiento en el futuro. También se
puede tratar de eliminar una conducta usando un estimulo reforzador negativo.
Como el aprendizaje, desde esta perspectiva, es
visto como una forma de modificación de conducta y los procedimientos de
modificación de conducta desarrollados por los conductistas han probado ser de
gran utilidad para muchos maestros y escuelas desde inicios del siglo XX,
Turing cree que se podría proceder de la misma manera con las máquinas.
Pero de acuerdo con esta teoría psicológica, se
invierte la tesis principal, ya que con la aplicación de estos métodos se ve a
los estudiantes como individuos vacíos que adquieren conductas y que las que no
son deseadas pueden ser reemplazadas o eliminadas, es decir, como si fueran
máquinas.
Hoy en día la ciencia ha seguido como vía de
investigación la tesis de Turing pero invertida, es decir, si el hombre puede
asemejarse a una máquina. Investigadores de la Escuela Médica de la Universidad
Johns Hopkins y del Instituto Médico Howard Hughes, en Estados Unidos, han
descubierto que eliminando ciertas proteínas de las conexiones neuronales del
cerebro responsable de almacenar recuerdos dolorosos, se pueden
borrar de manera permanente los recuerdos traumáticos. Aunque este hecho sólo
se ha comprobado en ratones, los científicos señalan que, en un futuro, este
mismo mecanismo podría potenciar el desarrollo de medicamentos que eliminen,
también en personas, los miedos ocasionados por eventos traumáticos. Dichos
medicamentos potenciarían el efecto de las terapias tradicionales aplicadas a
ciertos trastornos, como el estrés post-traumático.
Por lo tanto, los científicos afirman que en un futuro
se podrán borrar los recuerdos no deseados del cerebro, de forma selectiva y
segura, del mismo modo que borramos un documento del ordenador. Es de esperar,
que miles de personas que han atravesado situaciones traumáticas encontraran
esta solución de lo más apetecible. Aún así la controversia ética que
generará será de gran importancia.
Ahora volviendo al tema inicial del post, la corriente
fuerte de la IA apoya la teoría de Turing. Ya que es partidaria de atribuir
unos ciertos tipos de cualidades mentales al funcionamiento lógico de cualquier
dispositivo computacional, incluso a los dispositivos mecánicos más
elementales. Porque consideran que toda actividad mental consiste simplemente
en llevar a cabo alguna secuencia bien definida de operaciones, es decir,
algoritmos.
Para refutar esta posición, el filósofo John Searle
desarrolla el siguiente experimento mental en 1980. Para llevar a cabo este
experimento debemos imaginarnos un individuo que se encuentra en una habitación
completamente cerrada en China. Por una rendija le son entregados papeles
con símbolos chinos que desconoce absolutamente pues el individuo no conoce el
idioma chino. Con unas instrucciones en su lengua madre se le indica que debe
sacar por la misma rendija una respuesta de acuerdo a un manual que se le ha
entregado. En dicho manual sólo aparecen símbolos chinos de entrada y los
correspondientes símbolos de salida. Así, el individuo puede localizar los
símbolos que le son entregados y puede sacar papeles con símbolos diferentes.
Los chinos que estén fuera de la habitación pensarán que el de la habitación
conoce el chino pues han recibido respuestas satisfactorias.
Searle considera que lo mismo ocurre con un
computador. Éste manipula diferentes códigos sintácticos que nada tienen que
ver con la comprensión semántica de los contenidos procesados. Evidentemente,
el concepto de intencionalidad está en el fondo del argumento de la habitación
china de Searle en contra de la inteligencia artificial. Por lo tanto la
tesis que sostiene la IA fuerte que defiende que la simulación de la
inteligencia es inteligencia, no tendría éxito según Searle. Con este
experimento también demuestra que el juego de imitación de Turing no es una
medida adecuada para valorar si las máquinas piensan.
Pero, para Turing, igual que parar la IA fuerte, el
cómo opere la máquina interiormente no tiene importancia o lo que ocurre dentro
de una habitación donde se traduce chino, porque al fin y al cabo nosotros sólo
percibiremos los resultados. Pero Gödel afirma que cuando planteamos una
cuestión autorreferencial la máquina no es capaz de dar respuesta y eso la
delata. Ahí está la clave, un ser humano es capaz de dar respuesta a la formula
gödeliana porque es autoconsciente y porque no sigue un proceso algorítmico
para ello. La aplicación de este teorema demuestra que no somos meros sistemas
formales, sino que somos algo más. Algo le falta a la máquina de Turing para
poder sustituir a un ser humano en todos los aspectos de su existencia
intelectual.
En resumen, parece que es admisible la posibilidad de
construir máquinas que simulen el pensamiento humano en muchos ámbitos. Sin
embargo el carácter no algorítmico de la conciencia impide ver al ser humano
como un sistema formal. Por lo tanto, esto me lleva a pensar que a no ser
que haya un cambio revolucionario en el paradigma tecnológico, las máquinas no
llegara nunca a ser conscientes de sí mismas y por lo tanto no llegaran nunca a
pensar de la misma manera que el ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.