(1) Nociones: impresiones e ideas
Elementos del conocimiento
Mira
este folio y cierra a continuación los ojos tratando de imaginarlo. En los dos
casos lo estarás percibiendo (o conociendo), si bien entre ambos existe una
notable diferencia: la percepción del folio es más viva cuando lo vemos que
cuando lo recordamos. Hume considera que las percepciones son los
elementos del conocimiento. Pero distingue dos tipos de percepciones: las impresiones oconocimiento que nos proporcionan los sentidos en el presente y las
ideas o huellas o representaciones mentales de impresiones que hemos tenido en
el pasado. Por tanto, las ideas provienen de las impresiones, y a toda idea
le corresponde una impresión de la que procede.
El
criterio para diferenciar impresiones e ideas es la vivacidad. Las impresiones
son más vivas, las ideas son más débiles, confusas e imprecisas. Las ideas no
se encuentran sueltas en nuestro entendimiento, sino asociadas unas a otras.
Tipos de conocimiento
Hume
distingue dos tipos de conocimiento: el de relaciones existentes entre ideas y
el conocimiento factual, de hechos.
a) Relaciones de ideas: es el
conocimiento que no se refiere a hechos, sino a la relación existente entre
ideas. Aunque estas ideas (como todas) procedan, en último término, de la
experiencia, la relación existente entre las mismas es, en cuanto tal,
independiente de los hechos. A este tipo de conocimiento pertenecen la lógica y las matemáticas. Sus afirmaciones son ciertas de modo demostrativo,
sin necesidad de referirse a hechos.
Si tomamos el
caso de las matemáticas, sin negar su aplicabilidad a la ciencia, a los hechos,
insiste H. en que en sí mismas están vacías de contenido factual, empírico.
Decir que “4 + 3 = 7” no es en sí mismo decir nada acerca de cosas existentes;
la verdad de la conclusión depende simplemente del significado de los términos
y de si la relación entre ideas es adecuada.
Los juicios de
las matemáticas son ANALÍTICOS. Son juicios en los cuales el predicado se
limita a explicitar aquello que está implícito en el sujeto.
b) Conocimiento de hechos: es el
conocimiento referido a impresiones. Comprobamos su verdad recurriendo a la experiencia.
Introduce H. un criterio tajante para
decidir acerca de la verdad de nuestras ideas: ¿Queremos saber si una idea
cualquiera es verdadera? Muy sencillo: comprobemos si procede de alguna
impresión. Si podemos señalar la impresión correspondiente, estaremos ante una
idea verdadera; en caso contrario, estaremos ante una ficción. Nuestros
conocimientos están, pues, limitados por las impresiones.
El
conocimiento de hechos se expresa en juicios SINTÉTICOS. El predicado amplía la
información que aporta el sujeto.
(2) Nociones Límites del pensamiento y principio de
copia
El principio de
copia es el criterio empirista de conocimiento: es legítima sólo aquella idea que
tenga a su base una impresión. Hume utiliza este criterio para examinar las
nociones tradicionales de la metafísica, es decir, para decidir la objetividad y
validez de las ideas. Cuando queremos averiguar si una idea tiene
validez objetiva (es decir, si puede formar parte de una descripción del mundo
correcta, si podemos obtener conocimiento de la realidad a la que se refiere, y
no es más bien producto de la imaginación o del prejuicio) podemos seguir la
siguiente regla: examinemos si a la base de dicha idea se encuentra una
impresión: si encontramos una impresión que pueda corresponder a dicha idea,
entonces la idea será legítima; si no la encontramos, entonces será ilegítima.
Dicho en términos más sencillos: una idea es legítima en el caso de que podamos
tener una sensación del objeto al que se refiere. Como se puede observar
fácilmente, este criterio resume la tesis esencial del punto de vista
empirista: solo se puede conocer aquello que se puede percibir.
Es preciso tener en cuenta que este criterio
se utiliza exclusivamente para valorar las ideas y supuestos conocimientos que
pretenden referirse a objetos del mundo, pues no hay que olvidar que para Hume
también son válidos los conocimientos referidos a las relaciones entre las
propias ideas (como el matemático). Utilizando el criterio empirista del
conocimiento, Hume criticará gran parte de los conceptos tradicionales de la
filosofía: el concepto o idea de Dios, del alma, del yo como substancia, de la
idea de substancia, de la causalidad entendida como vínculo necesario entre dos
sucesos o dos objetos, del mundo exterior. No tenemos experiencia de Dios, ni
del yo, ni del mundo. La experiencia es, pues, el límite del conocimiento. Y
Dios, el yo y el mundo, se encuentran más allá de ella. Juicios tales como
“Dios existe”, no son verdaderos ni falsos. Simplemente, para el empirismo, no
tienen sentido. Y un juicio para ser verdadero o falso, antes ha de tener
sentido.
Los límites del pensamiento, del
conocimiento, vienen dados por la experiencia. Los temas que trata la metafísica se refieren a
“algo” que más allá de la experiencia, no se relacionan con ninguna impresión.
Por tanto, la metafísica no es conocimiento, sus juicios carecen de sentido.
El siguiente texto del final de Investigación
sobre el entendimiento humano resume de modo gráfico la crítica de Hume
a la metafísica tradicional:
“Si tomamos en nuestras manos un libro cualquiera, de teología o de
metafísica por ejemplo, preguntémonos: ¿contiene un razonamiento abstracto
relativo a una cantidad o a un número?; no. ¿Contiene un razonamiento fundado
en la experiencia, relativo a hechos prácticos o la existencia?; no. Echadlo,
pues, a las llamas ya que no puede contener más que sofismas e ilusiones”.
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