Los principios cuánticos
Desde
comienzos del siglo XX, el descubrimiento de la mecánica cuántica aporta una
nueva visión del mundo. La seguridad
de la física clásica se viene abajo. Hasta entonces, si sabíamos lo que había
sucedido, podíamos predecir lo que iba a suceder. No había sorpresas y
estábamos seguros de que las cosas eran como las veíamos. (DETERMINISMO). La física
cuántica representa todo lo contrario: incertidumbre, caos y azar. Ya no
podemos estar seguros de nada. (INDETERMINISMO)
El
principio de incertidumbre de Heisenberg dice que no
se puede predecir lo que va a ocurrir. Aunque tengamos todos los datos, sólo
podemos predecir la probabilidad de que algo ocurra. Y el que ocurra una cosa u
otra depende del azar. Si repetimos el mismo experimento en las mismas
condiciones, unas veces dará un resultado y otras veces otro. Son las
fluctuaciones cuánticas. Además, hay
aspectos que no podemos conocer con precisión al mismo tiempo. Por ejemplo, la velocidad y posición de una partícula,
o su cantidad de espín (algo similar a un movimiento de rotación) en torno a
distintos ejes. Si medimos su posición
no podemos medir con precisión su velocidad, y a la inversa. Esto limita
nuestro conocimiento de la realidad.
El principio
de complementariedad de Bohr dice que aparecen juntas propiedades aparentemente
contradictorias. Por ejemplo, un electrón o un fotón son, al mismo tiempo, una
onda y una partícula. Como partícula, están en un punto determinado del Cosmos.
Pero como onda se extienden por todo el Cosmos, y pueden estar en cualquier
parte. Sin duda, inquietante.
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