NOCIÓN: METAFÍSICA Y CIENCIA
EL PROBLEMA DE LA METAFISICA: la
ilusión transcendental.
La
metafísica tradicional o dogmática
En
la filosofía kantiana esta expresión tiene varios sentidos, pero el más
importante es seguramente el siguiente: cuando utilizamos la razón con la
pretensión de alcanzar con ella un conocimiento de las realidades
trascendentes, de las realidades que están más allá de nuestra experiencia
posible, estamos haciendo un uso dogmático de la razón y la filosofía
que construimos es una filosofía dogmática. La filosofía racionalista de
Descartes, Leibniz y Wolff creyó que podíamos alcanzar un conocimiento de Dios,
el alma y el mundo como totalidad mediante una deducción puramente racional a
partir de la comprensión de ciertos conceptos básicos que se muestran a la luz
de la mera razón. Es decir, creyó posible el conocimiento metafísico a partir
de la razón pura, de la razón no mezclada con nada empírico. En su juventud
Kant aceptó la filosofía de Wolff (que más tarde llamó dogmática), pero
se apartó de ella tras la lectura de Hume. Como el propio Kant dice, Hume le
despertó del sueño dogmático. La filosofía dogmática se contrapone a la
filosofía crítica, y el uso dogmático de la razón al uso crítico de la razón.
Crítica de
la metafísica dogmática.
La KRV
resulta una crítica demoledora de la Metafísica dogmática filosófica ya que
ésta aspiraba a presentarse como una ciencia; tal crítica muestra, apoyándose
en la Teoría del conocimiento y en la noción de ciencia que de ella se deriva,
cómo la Metafísica no es, ni puede ser, conocimiento, y menos aún, ciencia,
sino una ilusión. Ahora bien, el origen de esta ilusión se encuentra en la
naturaleza humana, la cual tiene una cierta tendencia a hacer Metafísica. Así
pues, Kant entiende que es necesario llevar a cabo una crítica de la razón, de
las pretensiones de la misma, pues la razón no es una facultad de conocimiento,
sino una facultad que sistematiza el conocimiento. En definitiva, las Ideas
transcendentales son nociones generalísimas, de carácter absoluto, más allá de
toda experiencia posible, que resultan de la síntesis de series o sucesiones de
fenómenos condicionados. La razón salta por encima de estas condiciones y,
situándose en lo incondicionado, elabora una idea, que totaliza, sintetiza o
unifica la multiplicidad de los términos recorridos: tres son las Ideas de la
razón, que Kant hace coincidir con los tres grandes temas de la tradición
filosófica: el Alma, el Mundo y Dios. Así, la idea de Alma es la unidad del
sujeto pensante, la unidad sustancial que subyace bajo nuestras experiencias, y
resulta de sintetizar todas nuestras vivencias; la idea de mundo es la unidad
de todos los fenómenos, de todos los objetos de conocimiento, y resulta de
sintetizar todo lo que se contrapone al sujeto pensante; la idea de Dios, es,
por último, la unidad de todos los objetos del pensamiento, y por tanto, la razón
de las otras dos ideas. Mientras sean consideradas sólo Ideas, son
absolutamente legítimas, Ahora bien, no podemos adjudicarles ningún referente
empírico. Dichas ideas tienen, incluso, una utilidad positiva pues poseen la
virtud de situar el término ideal de la investigación empírica a una altura
suficiente, para que no se limite de forma prematura el campo de la experiencia
posible, y el conocimiento pueda progresar indefinidamente. Así, se debe
investigar "como si" se fuesen a encontrar, al final de la investigación,
esas realidades. En este sentido, las Ideas funcionan como límites ideales,
como marcos de referencia u horizontes dinámicos que regulan la investigación
científica.
¿Cómo
formular el problema? Partamos del hecho siguiente: el hombre no puede conocer
sin categorías. Pues bien, desde el mismo momento que la razón produce, por un
lado, ideas más allá de toda experiencia posible, y que el entendimiento, por
otro lado, opera con categorías, para aplicarlas a la experiencia, ya están
puestas las condiciones de la ilusión metafísica, ilusión que se produce cuando
aplicamos nuestras categorías, ilegítimamente a las ideas, y no a los fenómenos
espacio temporales. Entonces, se produce la ilusión específica de la
Metafísica, de que Mundo, Alma y Dios, son fenómenos, esto es, realidades, y no
meras Ideas, es decir, meros límites u horizontes en la investigación. Por
tanto, recordémoslo, la Metafísica realiza, siempre, un uso ilegítimo de las
categorías.
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